EL JUICIO, A JUICIO.

¿Qué opinas sobre el juicio?

Antes de contestar, observa tu opinión formándose en tu consciencia.

No lo pares, adelante, constrúyela.

¿Ya la tienes?

El juicio no nos va a causar ningún problema siempre y cuando seamos conscientes de que estamos enjuiciando, es decir, que es nuestro capricho opinar de una u otra manera sobre algo, pero que no tiene verdad fuera de nuestra percepción subjetiva.

Podemos ejecutarlo y jugar con el siempre que sepamos que es un pensamiento sin realidad.

Yo puedo pensar que la mayoría de los políticos son pobres seres encerrados en una lucha de poder, sin corazón, buscando su felicidad donde no está.

Sé que no es verdad, que hay percepciones mas reales, y mientras sea consciente de que es solo mi pensamiento, no me hará daño.

El problema viene cuando dotamos a la opinión con tanta carga emocional, que perdemos el norte, y confundimos la proyección mental con la realidad misma. Entonces pasamos de poder jugar con el juicio, a ser controlados por él.

La única manera de estar a salvo del juicio es, primero, saber que es un juicio, es decir, una proyección de pensamiento con una carga energética “x”, y segundo, no defenderlo, para que no cobre más valor del que ya tiene por defecto.

Vivir sin juicio es una utopía, cualquier vía espiritual que tenga como meta la erradicación del juicio es una sin razón. El juicio nace cada momento, y no es ni malo ni bueno, solo es juicio. De hecho, es nuestro sistema de creencias el que nos mantiene atados a este cuerpo en esta vibración.

Si sabemos lo que está pasando (somos conscientes), podemos elegir un color sobre otro, que opinar sobre el planeta y el Amazonas, nuestra dieta, nuestros hobbies… y podemos poner a parir a quien queramos y opinar lo que queramos sobre lo que queramos. Siempre y cuando seamos conscientes de que lo que está pasando es que estamos cediendo a nuestro propio condicionamiento, y que en realidad, ninguna opinión o decisión que tomemos puede alterar nuestra naturaleza perfecta.

Cuando destruimos suficientes juicios y creencias, vamos entrando en un espacio energético donde abunda la incertidumbre. Este espacio se llama presente.

En el presente no hay certezas, hay espontaneidad. La espontaneidad no tienen nada que defender porque es siempre cambiante. No hay fijación.

En ese espacio energético es el único sitio dentro de nuestra consciencia donde podemos tener claridad mental y sabiduría.

Algunas veces caemos en este espacio de claridad sin darnos cuenta y descubrimos cosas de nuestra vida: “mi marido no me quieres”, “no me gusta mi trabajo”, “debería de alejarme de esta persona”, “Debería de hacer las paces con esta otra persona”, “me gustaría hacer un retiro con SIMPLE :-)…”

Pero al no reconocer que esta nueva percepción viene del corazón, de nuestro yo verdadero y original, lo rechazamos, lo tratamos como una creencias mas y perdemos la oportunidad de mejorar nuestra vida, de crecer en la dirección adecuada.

En nuestro trabajo te ayudamos a saber diferenciar energéticamente el lugar del que provienen tus decisiones Desarrollar esta habilidad, puede ser simplemente cuestión de vida o muerte.

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